Cuando la conversación al salir de ver la película, comienza con una pregunta inquietante como “¿Es esta la peor película que habéis visto en toda vuestra vida?” poco más se puede comentar (Si, esta Druidas. Al final, esta es solo la segunda). Quizás, para no hacer la critica más pequeña de la existencia de este blog, podemos analizar un poco por que es tan mala. Pero es que también es fácil. Por todo. Bueno, no, como si fuera una pequeña aldea gala (si, olvidarse de Druidas es imposible, arff) hay algo que resiste frente a tanta incoherencia, y son los actores secundarios. Tras estar casi dos horas viendo los gestos ya clásicos de Pacino y De Niro, lo cual ya nos da una pista de que el que se sentaba en la silla de Director no les dijo absolutamente nada, y estos pusieron el automático, y repitieron todos sus tics habituales, ver como Donnie Whalberg, John Leguizamo, Carla Gugino o Brian Dennehy si se esforzaban y creaban unos personajes mucho más interesantes y creíbles, nos hace pensar en lo buena que podría ser esta película sin sus dos estrellas principales. Es fácil, sería un desastre igualmente. Por que seguiría teniendo un guión fácil, con ínfulas de complejidad (sabes quien es el asesino desde el primer minuto) con trampas absolutamente estupidas que intentan engañar al espectador, no hacerle razonar (no conocemos los nombres de los protagonistas, solo sus apodos, para intentar confundirnos sobre quien es el asesino) o al menos, no ponernos la información en bandeja. Por que el director se dedicaría a hacer un montaje absolutamente caótico, sin ninguna escena terminada en su momento. O las alarga o las corta abruptamente, sin dejarnos digerir lo que sucede en ellas. Y si por lo menos las escenas valieran la pena, pero todos los encuadres y movimientos de cámara parecen sacados del curso de “Director de cine para Dummies” por lo obvios y demasiado utilizados ya. Por que la música parece puesta para calmar a los adictos al speed que se han colado en la sala por error. Por que se notan los momentos donde el productor dijo, aquí hay que poner unos tiros, aquí tiene que aparecer Carla Gugino enseñando escote (absolutamente preciosa, por cierto, como siempre) aquí una escena gratuita de pelea, y por supuesto, la obvia escena final alargada, estupida y previsible, que no, tranquilos, no os voy a contar. Y si nos paramos con los dos cabezas de cartel, dentro de la mediocridad absoluta, Pacino por lo menos hace un personaje cabroncete, con toque de humor negro y sarcástico, mientras De Niro parece un amargado aburrido, que se desahoga en el sexo duro (bueno, duro, duro, en fin, lo que un guionista americano pensó que era sexo duro, mejor no preguntar a su mujer, por que la moraleja de la película es que el sexo duro lleva a la violación, y no, no es coña). Lo peor, es que en realidad los dos actores parece que simplemente se interpretan a si mismos, con lo que por lo menos parece claro que se puede ir uno de borrachera con Pacino. En resumen, que nada más salir del cine, estaba deseando ver Heat. Una magnifica película donde un gran director como Michael Mann, consiguió que Pacino y De Niro interpretaran dos personajes bien construidos y mejor terminados, no a si mismos.